El Quiste de Baker es una patología benigna y bastante prevalente en rodillas patológicas. Este quiste se forma cuando hay un exceso de líquido en la bolsa gastrocnemio-semimembranoso, ubicada en la parte posterior y medial de la rodilla.
En este artículo vamos a hablar de esta patología, de cómo puede intervenir la fisioterapia y con que patologías podemos diferenciarla.
¿Qué es el Quiste de Baker?
El quiste de Baker (BC) resulta del aumento de líquido de la bursa gastrocnemio-semimembranoso ubicada en a cara medial de la fosa poplítea. Puede detectarse incidentalmente en la población general, pero se encuentra con más frecuencia en pacientes que padecen artrosis de rodilla. En estos pacientes, la prevalencia oscila entre el 20% y el 40% y aumenta con la edad, la gravedad de la OA y la duración de la enfermedad.
¿Cuáles son sus síntomas?
Hay en algunos casos en los que el Quiste de Baker no produce dolor, pero en el caso de que si exista dolor, puede cursar con los siguientes síntomas:
¿Cuáles son las principales causas?
Existe un efecto de “válvula” entre la bursa y la articulación, debido a la acción de los músculos semitendinoso y gastrocnemio. Durante la flexión, la «válvula» se abre y el líquido sinovial bajo presión se mueve hacia la bursa; durante la extensión la “válvula” se cierra debido a la tensión de estos músculos y el líquido queda atrapado dentro de la bursa.
En condiciones normales, la cantidad de líquido es pequeña y puede reabsorberse fácilmente; por el contrario, en patologías de rodilla, como la osteoartritis o en lesiones meniscales, la cantidad de líquido aumenta y esto provoca el llenado y la formación de quistes poplíteos.
¿Cómo aliviar los síntomas desde la fisioterapia?
En esta patología es importante tratar la lesión primaria (osteoartritis/menisco) para mejorar los síntomas del Quiste de Baker. Entre las distintas técnicas que podemos emplear se encuentran:
En conclusión, el quiste de Baker es una patología común en la población y su tratamiento puede variar desde el manejo conservador hasta la cirugía. Es importante tener en cuenta que la presencia de un quiste de Baker no siempre requiere intervención médica, pero si causa dolor o limitación funcional, es necesario acudir a un fisioterapeuta para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. Si estás experimentando síntomas relacionados con un quiste de Baker, no dudes en contactar a un especialista en fisioterapia para recibir atención personalizada y recuperar tu calidad de vida. ¡No dejes que el dolor te detenga, toma acción hoy mismo!