El hombro congelado, también llamado capsulitis adhesiva, es una condición que causa dolor, rigidez y una gran dificultad para mover el hombro. Esta afección suele aparecer poco a poco y empeorar con el tiempo, afectando la habilidad de realizar actividades diarias. A continuación, vamos a explicar qué es el hombro congelado, sus causas, síntomas y cómo se puede tratar con fisioterapia.
¿Qué es el hombro congelado?
El hombro congelado, o capsulitis adhesiva, ocurre cuando la cápsula que rodea la articulación del hombro se inflama y se pone más gruesa, lo cual limita mucho el movimiento. Aunque muchas veces no se sabe la causa exacta, suele ocurrir después de un tiempo de inactividad debido a una lesión o cirugía. Es más común en personas de entre 40 y 60 años, y en aquellas que tienen condiciones médicas como diabetes, problemas de tiroides o enfermedades del corazón.
Causas del hombro congelado
No siempre se conocen todas las causas del hombro congelado, pero hay factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de tener esta condición. Estos factores incluyen:
- Inmovilización prolongada: Tras una lesión o cirugía, mantener el hombro inmóvil por mucho tiempo puede causar el desarrollo de la capsulitis adhesiva.
- Enfermedades sistémicas: Como diabetes, problemas de tiroides o enfermedades del corazón.
- Edad y género: Afecta más a personas entre los 40 y 60 años, siendo más frecuente en mujeres.
Síntomas del hombro congelado
Los síntomas del hombro congelado suelen aparecer en tres fases:
- Fase inicial inflamatoria: El dolor empieza poco a poco y el hombro se va poniendo más rígido. Esta fase puede durar de seis semanas a nueve meses.
- Fase intermedia o de rigidez: En esta fase, el dolor puede disminuir, pero la rigidez se mantiene, haciendo que sea muy difícil mover el hombro. Esta fase puede durar entre cuatro y doce meses.
- Fase de deshielo o de resolución: En esta etapa, el movimiento empieza a mejorar poco a poco. La recuperación completa puede tardar entre seis meses y dos años.
Tratamiento fisioterapéutico para el hombro congelado
La fisioterapia es clave para tratar el hombro congelado. Los objetivos principales del tratamiento son reducir el dolor y mejorar el movimiento del hombro. Algunas de las técnicas más comunes incluyen:
- Ejercicios de estiramiento: El fisioterapeuta te enseñará ejercicios suaves para estirar y mejorar el movimiento. Estos ejercicios son importantes en todas las fases del hombro congelado.
- Movilizaciones articulares: Con técnicas manuales, el fisioterapeuta moverá la articulación del hombro para ayudar a reducir la rigidez y mejorar el movimiento.
- Terapias de calor y frío: Aplicar calor antes de los ejercicios puede ayudar a disminuir la rigidez, mientras que aplicar frío después de las sesiones ayuda a reducir el dolor.
- Neuromodulación: La neuromodulación es otra técnica útil en la fisioterapia para el hombro congelado. Consiste en aplicar una pequeña corriente eléctrica para modular la actividad del sistema nervioso, ayudando a reducir el dolor y mejorando la función del hombro.
- Electrólisis percutánea intratisular (EPI): La EPI es una técnica que se utiliza para tratar tejidos dañados del hombro, como los tendones y los músculos. Consiste en aplicar una corriente galvánica mediante una aguja, lo cual ayuda a regenerar el tejido y reducir la inflamación.
¿Qué puedes hacer en casa?
Además de las sesiones de fisioterapia, es muy importante hacer los ejercicios recomendados en casa para mantener el avance logrado. Mantener el hombro en movimiento, dentro de lo que sea tolerable sin mucho dolor, es clave para evitar que la rigidez empeore. También debes evitar posiciones que mantengan el hombro sin moverse por mucho tiempo.
Bajo la supervisión de un profesional y siempre combinándolos con tratamiento fisioterapéutico, se pueden llevar a cabo una serie de ejercicios para reducir el dolor y el tiempo de recuperación:
- Rotación externa – estiramiento pasivo: Frente a una puerta abierta, flexiona el brazo afectado 90 grados para alcanzar la parte vertical del marco. Deja la mano en ese lugar y gira el cuerpo, dejando el brazo detrás. Deberías notar una tensión en el hombro. Mantén la postura durante 30 segundos y repite.
- Flexión hacia delante – posición supina: Túmbate boca arriba con las piernas rectas. Usa el brazo no afectado para levantar el brazo afectado por encima de la cabeza hasta que sientas un leve tirón. Mantén la postura durante unos 15 segundos y desciende lentamente hasta la postura inicial.
- Estiramiento con cruce del brazo: Cruza el brazo delante del pecho justo debajo del mentón y estira lo máximo que puedas sin causar dolor. Mantén la postura durante 30 segundos y repite.
- Circunducciones de hombros en bipedestación: Mientras estás de pie, haz rotaciones con ambos hombros. Mantén los brazos pegados al cuerpo y realiza movimientos hacia delante y hacia atrás durante 30 segundos en cada dirección.
Conclusión
Es muy importante tratar el hombro congelado a tiempo para evitar que la rigidez y el dolor empeoren. Cuanto antes se inicie el tratamiento, mayores serán las posibilidades de evitar una limitación severa del movimiento y de reducir el tiempo de recuperación. Ignorar los síntomas o retrasar el tratamiento puede hacer que la condición se vuelva más difícil de tratar y prolongar la incomodidad durante meses o incluso años.
El hombro congelado o capsulitis adhesiva puede ser una condición muy frustrante y dolorosa, pero con el tratamiento adecuado y un enfoque positivo, la mayoría de las personas pueden recuperar el movimiento y volver a sus actividades diarias. La fisioterapia es fundamental en este proceso, ayudando a reducir el dolor y a mejorar la función del hombro de una manera segura.
Si crees que podrías tener hombro congelado, consultanos y pide cita en cualquiera de nuestras clínicas Fisionervión. Empezar el tratamiento lo antes posible puede hacer una gran diferencia en la rapidez y efectividad de la recuperación.
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